miércoles, 12 de septiembre de 2012

HUARAZ: UN RECORRIDO POR EL COMPLEJO ARQUEOLÓGICO WILLCAWAÍN

Restos de lo que fue un lugar de culto de la cultura Wari se encuentran a 7 kilómetros al noreste de la capital de Áncash
Entre los años 600 y 900 d.C. existió un lugar de culto perteneciente a la cultura Wari, hoy conocido como el Complejo Arqueológico Willkawaín, ubicado a unos 7 kilómetros al noreste de la ciudad de Huaraz.
“Este complejo sirvió para mantener un vínculo entre los vivos y los muertos. E inclusive hoy la gente local tiene mucho respeto a las tumbas de sus ancestros porque ellos enterraban a sus muertos dentro de esas cámaras”, cuenta Guillermo Orellana, arqueólogo del Ministerio de Cultura.
Según cuenta el especialista, los antepasados veneraban a sus momias mediante significativas ofrendas a cambio de muchos beneficios quizás relacionados al factor climático en época de sequías para mayor producción agrícola.
El callejón de Huaylas guarda entre sus montañas importantes complejos arqueológicos y uno de ellos es precisamente Willkawaín. A uno 600 metros de este lugar se encuentra un conjunto de chullpas llamado Ichic Willkahuaín. Estas chullpas poseen formas y tamaños distintos, lo cual explica que hubo diferencias y rangos entre los mallquis o momias.
Ichik Willkawaín y Willkawaín fueron parte de un gran conjunto arqueológico, de un centro poblado.
Para Orellana existen evidencias de que las cámaras funerarias que hay dentro de las chullpas fueron utilizadas de forma distinta: las grandes se emplearon para depositar a los muertos y las pequeñas para depositar ofrendas.
Orellana señala su preocupación porque durante años las chullpas más grandes fueron saqueadas. “En la antigüedad debieron haber albergado mayores ofrendas, así como momias más importantes, por tanto la importancia del contenido que debió de haber tenido es regular y debe de haber sido muy valioso”, indica.
En el complejo ceremonial se encuentran estructuras que sirvieron como residencias. Se puede ver, por ejemplo, un patio central con banquetas provistas con un canal de drenaje y un batán para moler alimentos. Estas estructuras fueron desmontadas al momento de su abandono y sepultadas a manera de ritual cuando los gobernantes Wari perdieron poder.
Cerca de estos conjuntos se ubican las que fueron las áreas residenciales que se levantaban alrededor de las zonas sagradas o ceremoniales. El recorrido por la zona culmina en el Museo de Áncash, donde se encuentran más de cien piezas halladas durante las excavaciones.
 

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